TRABAJOS Y DÍAS DE AMBROSIO FORNET IN MEMORIAM

No he encontrado mejor título que una obra de Hesíodo para recordar a un Miembro de Honor de la Academia Cubana de la Lengua recientemente desaparecido.  Figura principal de las letras insulares desde la segunda mitad del siglo xx hasta nuestros días, en él se conjugaron la relevancia de su obra y ser ejemplo de probidad intelectual y mesura. Leer más …

Proposición

Desde Huelva, España, nos escribe el lector José María Gómez Acosta, preocupado por la cuestión del acento y el uso de las tildes en español, en relación con el aprendizaje de la lengua, en particular por no hispanohablantes. En consecuencia propone: “creo que la inclusión de la tilde SIEMPRE podría ayudar a aprender español”.

Así es, y más de una vez hemos pensado en las ventajas que reportaría esa solución simplificadora para los niños que se familiarizan con el aprendizaje de la lengua y para los extranjeros con una lengua materna diferente de la nuestra.

En las reglas actuales la tilde marca solo lo diferencial, lo que no es habitual, mientras que lo que es común no se tilda. Cambiarlas tendría, desde luego, el beneficio que señala el lector, pero existen factores de resistencia que tienen que ver con las normas de la escritura, cuyo cambio brusco, aunque sea uno tan comprensible como este, supondría la modificación de planes y programas de estudio, diccionarios y otras obras reguladoras.

Hay que ir pensando en cómo potenciar el perfeccionamiento del código ortográfico al tiempo que se minimizan sus consecuencias negativas. Mientras tanto, seguimos valorando  los argumentos de Gómez Acosta relacionados con las oportunidades de las llamadas industrias de la lengua: “El español tiene la posibilidad de crecer mucho más con todo lo que ello significa no solo a nivel cultural, también en el económico. Mayor despliegue significa mayor capacidad de que compren nuestros libros, historia… Productos, sí, de cualquier tipo”.

Una noche en el ballet

«Una noche en el ballet. Guía para espectadores de buena voluntad», libro de Roberto Méndez Martínez en la 46.a Feria del Libro de Buenos Aires

El libro «Una noche en el ballet. Guía para espectadores de buena voluntad» del académico numerario Roberto Méndez Martínez, publicado por ediciones Cumbres de España, estará en la 46.a Feria del Libro de Buenos Aires que se realizará del 28 de abril al 18 de mayo de 2020. Leer más …

La Asale presenta las novedades de la obra, que superan las 1.100

Tomado de EL PAÍS

Si usted abre ahora el Diccionario de la Lengua Española (DLE) en su ordenador o en el móvil, sepa que le puede dar un zasca a quien le miraba con displicencia por usar esta palabra, porque se ha incorporado al corpus de esta obra con tres acepciones, la más conocida: «Respuesta cortante, chasco, escarmiento». Es una de las peticiones de los hispanohablantes que las 23 academias de la lengua del español que hay en el mundo han aceptado incorporar al Diccionario. También sucede con una palabra muy coloquial y madrileña, casoplón, para llamar a las casas grandes y lujosas, que tanta envidia suscitan a quien no la tiene (eso no lo dice la acepción de esta palabra, claro).

Son solo dos de las 1.100 modificaciones de la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española, que han presentado este jueves el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado; Paz Bataner, directora de la edición 24ª, prevista para 2026 -«que será renovadora, casi revolucionaria», según Muñoz Machado-, y Raquel Montenegro, directora de la Academia Guatemalteca de la Lengua. En esta renovación destaca la adición de 229 artículos, más 88 acepciones nuevas y 536 enmiendas, 284 de ellas relacionadas con acepciones, más las que afectan a lemas y etimologías.

Muñoz Machado ha desgranado algunos de estos cambios que, como apostilló Bataner, están desde este jueves en el DLE «porque han sido documentados, escritos, y llevan usándose ya un tiempo». Como mensajear: «Comunicarse por medio de mensajes escritos a través de un teléfono celular». O, en el ámbito medioambiental: arboricidio, «tala injustificada de árboles». Esta es una de las palabras que se usan ya habitualmente, pero que no habían entrado en el Diccionario, lo que también sucede con osteopatía o con sieso, para referirse a una persona «desagradable, antipática, desabrida».

Un caso aparte merece beatlemanía (con tilde) que, según Bataner, «es un caso que la Academia no lo tiene solucionado porque la primera parte mantiene el inglés» (no se acepta bítel, como sucedió con fútbol), «pero la segunda mantiene la forma española, con tilde». Una palabra mixta, hispanoinglesa. Mientras que del lejano latín se une una locución: annus horribilis, expresión que puso de moda la reina Isabel II de Inglaterra hace años por los quebraderos de cabeza que le daba la familia. La RAE también se ha mostrado sensible con los padres, al admitir cumplemés. En cuanto a enmiendas de una acepción, sobresale homeopatía, que pasa de «sistema curativo» a «práctica».

Para los futboleros: podrán decir con toda seriedad «centrocampismo», que se define, «en el fútbol y otros deportes», como la «táctica que favorece el juego en la zona central del campo». Aunque para los aficionados sea un bodrio de partido. Del fútbol a los toros, porque entra antitaurino. «Hay un movimiento social muy fuerte al respecto», apuntó Battaner, de los contrarios a «las corridas de toros o a otros espectáculos en los que intervienen estos animales». Una palabra que suscitó algún equívoco fue penthouse, que se usa en América y se recoge en cursiva para señalar el «apartamento o piso de lujo, generalmente con terraza, situado en la última planta de un edificio». No se trata, pues, de aceptar el nombre propio de una revista erótica, muy popular, que dejó ya de salir en papel.

Por supuesto, hay novedades que llegan desde la orilla atlántica del español, en este caso desde los campus estadounidenses: fraternidad, como «la asociación estudiantil, por lo general masculina, que habitualmente cuenta con una residencia especial». Junto a americanismos, entran españolismos, como bordería, cualidad que posee el «impertinente, antipático o mal intencionado». Y tres extranjerismos que empiezan por b: brioche («bollo ligero y esponjoso»), brochure («folleto impreso») y brunch, para ese cruce de caminos entre el desayuno y el almuerzo. Raquel Montenegro incidió en los americanismos, con palabras que, incluso, se pueden escribir de dos formas: «Muesli», en España, o «musli», en América, para el «alimento elaborado con una mezcla de cereales, frutos secos y otros ingredientes».

Curioso es el caso de «amá», cuyo uso sirve para llamar a las madres tanto en varias naciones americanas como en el País Vasco. Del folclore catalán se incorpora «casteller», para designar a cada una de las personas que forman una torre humana en festejos populares.

Con un Diccionario remozado, que se ha presentado en la penúltima jornada del XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), que se celebra en una ciudad con tantísimas iglesias como Sevilla, entra en el corpus capillita, con dos significados, uno de ellos, para quien vive «con entusiasmo las actividades organizadas por las cofradías religiosas a lo largo del año y participa en ellas».

Para terminar, se suma una familia de palabras que podría usarse como trabalenguas para aprender el español, a la manera de «el cielo está enladrillado, quien lo desenladrillará…». Son desestructurar, desestructurado, desestructuración y desestructurador, cuyo significado no precisa demasiada explicación: lo que no tiene estructura.

Homenaje a Roberto Fernández Retamar

La Academia Cubana de la Lengua finaliza las jornadas por el Día de la Cultura Cubana, con una Mesa de Homenaje a Roberto Fernández Retamar. Disertarán los numerarios Roberto Méndez, Marlen Domínguez y Jorge Fornet, con Cira Romero como moderadora.

Con entrada libre, le esperamos en el patio del Palacio del Conde de Lombillo, el martes 29 de octubre a las 3:00 p.m. Se accede por la calle Empedrado esquina a Mercaderes, o por la Plaza de la Catedral, con entrada a través del Palacio del Marqués de Arcos.

Mirta Yáñez: honradez al escribir

A una promotora incansable, a una defensora de nuestras letras y, sobre todo, de la presencia femenina en la literatura, le fue entregado oficialmente, en la primera jornada de la Feria Internacional del Libro Cuba 2019, el Premio Nacional de Literatura. Mirta Yáñez, en medio de amigos e intelectuales, recibió este reconocimiento, en una jornada en la que estuvieron presentes Alpidio Alonso, Ministro de Cultura de la Isla; Juan Rodríguez Cabrera, Presidente del Instituto Cubano del Libro, entre otras personalidades.

Como expresó el jurado en el acta, la narrativa de Yáñez contribuye a difundir la obra de autoras prácticamente olvidadas o poco conocidas en el panorama de la literatura cubana. Esta es una de las tantas razones por la que resulta más que válido distinguir a esta mujer, quien también se ha desempeñado como guionista para el cine y la televisión.

 

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Momento especial de la tarde fue cuando le entregaron a Yáñez un ramo de rosas blancas enviado por el Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, compañero suyo en la Academia Cubana de la Lengua.

Nancy Morejón expresó que el jurado distinguió, de forma unánime, a Yáñez por su obra sólida expresada en distintos géneros literarios; por su labor a favor de la literatura femenina, siendo ella uno de sus máximos exponentes; por la repercusión de su obra en el ámbito internacional, y porque su escritura ha enaltecido los valores principales de nuestra sociedad y nuestra cultura.

 

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Nancy Morejón

 

En las palabras de elogio, la también escritora Olga Marta Pérez, calificó la obra de la autora de “Sangra por la herida” de sobrecogedora por su amplitud y calidad estética, y expresó que ella es una de las voces que le dan un giro distinto a la literatura cubana y que conmueve con su escritura.

Asimismo, afirmó que la poesía es para Mirta una necesidad de expresar algo, mientras que el cuento es la posibilidad de escribir sus propias historias para así llenar un vacío. Se refirió a los textos creados para niños y jóvenes, los cuales representaron un punto de giro que dio paso a una novedosa forma de hacer en la literatura cubana.

 

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Olga Marta Pérez

 

“La obra de Mirta Yáñez tiene una trascendencia alcanzada por su profunda cubanidad, por su lenguaje, por el diseño de sus personajes, por el reflejo de la realidad”, sentenció Olga Marta.

“Este Premio me ha redondeado en los afanes de mi vida literaria”, sentenció la premiada, quien se regocijó en compartir el galardón con todos aquellos – familia, amigos, colegas – que le han permitido llegar a este punto, además de dedicárselo a todos los que lo recibieron anteriormente.

 

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Recordó cómo su vocación por las letras nació desde muy temprana edad gracias a la influencia de su familia: un padre periodista y una madre con gran sensibilidad. Paseó, en sus palabras, por sus años infantiles, por su juventud – rebelde y hippie –,  y por su paso por la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana, donde tuvo excelentes profesores y compañeros.

Mención particular para La Habana, esa ciudad mágica que la ha envuelto y que la enamora cada día. A ella, inspiradora de mucho de sus versos e historias, dedicó parte de su emoción por los 500 años ya muy pronto a cumplir.

 

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Ideas compartidas por Yáñez demuestran su devoción por la lengua española, la cual defiende férreamente: “Para escribir en una lengua hay ante todo que dominarla (…) El instrumento del escritor es como el martillo del carpintero: el idioma”.

Frases también para otra de sus grandes pasiones: la literatura. “Ella para mí es ante todo conocimiento; luego, entretenimiento, y más tarde, comunicación. Estos son los tres aspectos fundamentales. A la hora de escribir se debe ser consciente con uno mismo. Una palabra esencial para mí en este acto íntimo es compromiso; la otra, honradez al escribir”, expresó.

Sentencia final de esta autora – y totalmente valedera –: “Hay que escribir como se piensa”.

 

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Mirta Yáñez ha sido calificada como una de las más profundas estudiosas de la literatura latinoamericana del siglo XIX y de la literatura contemporánea cubana, en especial del discurso literario femenino cubano. Ha ejercido por largos años la docencia y la investigación, además de realizar recordadas y destacadas antologías, como “Estatuas de sal. Cuentistas cubanas contemporáneas”, “Álbum de poetisas cubanas”, así como textos de narrativa y crítica literaria como “Habaneras”, “Making a scene” y “El romanticismo hispanoamericano”, entre otros.

Por sus aportes a la nación cubana y al habla peculiar

Tomado de Habana Radio

Por primera vez desde 1995, el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas le fue entregado a un lingüista. El Doctor Sergio Valdés Bernal recibió el galardón en acto oficial celebrado en la Sala Nicolás Guillén de la otrora fortaleza de San Carlos de la Cabaña, al que asistieron Alpidio Alonso, Ministro de Cultura; Juan Rodríguez Cabrera, Presidente del Instituto Cubano del Libro, entre otras personalidades.

Jorge Luis Aneiros en la lectura del acta del jurado mencionó que el mismo, integrado por destacados investigadores de las ciencias sociales y humanísticas, decidió concederlo de forma unánime al destacadísimo lingüista, cuya obra se corresponde de manera muy honrosa con la alta tradición de los estudios filológicos en Cuba; además, por el alto prestigio nacional e internacional alcanzado por su obra, la cual es referente para la investigación y enseñanza de la cultura cubana.

 

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Al también miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española le fueron dedicadas unas palabras de elogio, leídas por el escritor Virgilio López Lemus, quien mencionó la satisfacción del jurado por el otorgamiento de tan merecido reconocimiento.

 

 

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“Sergio posee una obra que irradia sobre muchas (…) Rebasó con creces los aportes a la nación cubana y al habla peculiar, y se ha ido a ofrecer su sabiduría al idioma en América y los orígenes africanos del vocabulario común. Personas como él no se detienen ni ante los fracasos ni ante los premios; él sabe muy bien que no existe premio mayor que el placer de su trabajo y sus resultados. Todo premio es un acicate, un deseo de dar más de parte de la inteligencia privilegiada de Valdés Bernal”, señaló López Lemus.

 

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La extensa obra investigativa y ensayística de Sergio Valdés Bernal fue resumida durante la ceremonia. Al recibir el galardón que lo acredita como Premio Nacional de ciencias Sociales y Humanísticas 2018, Valdés Bernal expresó que cuando se recibe un premio de este tipo las necesarias palabras formales de agradecimiento se entremezclan con las más sentidas: “Agradezco de todo corazón al prestigioso tribunal que me otorgó este reconocimiento, así como a las instituciones y personas que me propusieron (…) Con ello también se reconoce la importancia que ha logrado la ciencia del lenguaje en nuestro país, así como la labor de todos aquellos que nos dedicamos al estudio y enseñanza de las lenguas, sobre todo la española, soporte idiomático de nuestra cultura, identidad y nación en su modalidad cubana”.

“Mi formación y percepción de la lingüística como una ciencia que analiza y describe el nexo entre el lenguaje y los procesos formativos de las culturas, las identidades y las naciones se deben a mis estudios superiores de filología eslava en la Universidad Carolina de Prada, República Checa, donde tuve la inmensa fortuna de tener como profesores a destacadas figuras del famoso circulo lingüístico de Prada”, recordó el lingüista.

 

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También, evocó su paso por el Instituto de Literatura y Lingüística, donde durante décadas se dedicó al estudio de los componentes étnicos que convergieron en Cuba y sus aportes a la formación de la modalidad cubana de la lengua española, uno de los factores más importantes en el surgimiento y consolidación de nuestro pueblo.

Valdés Bernal aseguró que la obra de Don Fernando Ortiz, así como su entrega a la defensa de lo mejor de nuestro país ha sido un gran estímulo en su labor investigativa y docente como modelo de ser humano por su ética y compromiso con su país.

Sergio Valdés Bernal es también miembro honorífico de la Cátedra de Antropología Cultural “Don Fernando Ortiz” de la Universidad de Camagüey, el Premio Félix Varela de la Sociedad Económica de Amigos del País, así como la Distinción por la Cultura Nacional.

PARA CARILDA EN EL RECUERDO

 

 


 

Este homenaje a Carilda que le ofrece la Academia Cubana de la Lengua me permite traer ante ustedes, más que un análisis de su poesía, un testimonio de mi relación con su obra, con la cual intenté un primer diálogo hace muchos años, en una época en la que me encontraba yo comenzando mis lecturas en medio de mis estudios universitarios. Ya tenía yo ciertos criterios acerca de la poesía y conocía algunos textos de Martí, de Lezama, de Heredia y de autores no cubanos. Esos autores me habían permitido conocer páginas magníficas y tendencias expresivas que diferían notablemente de la estética de Carilda, si bien esta era heredera, aunque lejanamente, del romanticismo herediano, pero sustantivamente modificado por una modernidad que no está presente en el cantor de Niágara. Leí mucho por entonces de esos autores y me fui haciendo una manera de percibir la poesía con un especial rechazo a la tendencia noerromántica, representada entre nosotros por un autor muy célebre, pero para mí carente de interés: José Ángel Buesa, a quien años más tarde aprendí a estimar más allá de aquellas impresiones que tuve de su quehacer y que estaban dictadas por mi rechazo a la utilización de la poesía para conquistar mujeres. Esa línea expresiva estaba en el centro de la obra de Dulce María Loynaz, pero con una jerarquía mayor, de un vuelo mucho más alto que los años han venido a confirmar, y era asimismo la línea creadora del primer libro de un importante poeta posterior: Fayad Jamís, a quien no conocía yo por entonces más que de nombre. Pasaron los años y yo no me había vuelto a acercar a la poesía de nuestra autora en parte por falta de tiempo y en parte por aquel prejuicio contra el neorromanticismo, una escuela tan señaladamente pobre en los años sesenta, setenta y ochenta incluso en una figura tan notable como Pablo Neruda con su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, libro carente de interés para mí casi tanto como el resto de su obra no obstante la fama de que disfruta entre los grandes.

 

A mi distanciamiento de la obra de Carilda contribuyeron también las apariciones que ella hacía en televisión recitando sus poemas y no menos la devoción que despertaba entre tantos admiradores a los que nunca escuché elogiar de ese modo a Vallejo, a Martí o a Gabriela Mistral. No me gustaba esa imagen de escritora heterodoxa, supuestamente desinhibida, con aquello de “me desordeno, amor, me desordeno”, acogido casi siempre para la risa criolla sin más, y la risa me parece maravillosa, pero no tanto la banalidad. Ahora, a propósito de este homenaje, volví a su obra y me ha sorprendido cómo una mala lectura puede deformar a un autor y hacer que perdamos mucho de lo valioso que hay en sus páginas. Ese mismo texto en que aparece ese “desorden” hay una calidad muy respetable, y no menos en otros igualmente signados por un erotismo fuerte y dinamizante que ha constituido el centro de buena parte del quehacer literario de esta poetisa. En esos textos en los que la autora refiere parte de su experiencia amorosa hay una autenticidad que muchos querrían para su obra, y en especial un riquísimo imaginario que irrumpe en esos textos de manera inesperada, particularmente en un léxico que por momentos rompe el discurso y nos entrega inusuales asociaciones, distantes a veces de lo que en apariencia es el discurso central del poema, una apertura que nos conduce por un sendero que de pronto se nos ilumina, algo que en la experiencia lírica está actuando en la sensibilidad de la autora y que ella tiene necesidad de decirnos. La primera impresión que ese rasgo de su escritura puede producir en los lectores es la de que ha entrado en la trama erótica un elemento caótico, desestructurador, lo cual es quizá interpretado como una pulsión inconsciente, ajena al rigor del autocontrol de la persona que escribe, pero en mi criterio eso habla, de ser cierta esa valoración, de la genuina emoción que en ese momento vive esta mujer que lamenta y sufre la ausencia del ser amado, la ausencia de su seducción, tan intensa a todo lo largo del texto. Cuando esa experiencia es narrada en el poema es frecuente que la muerte haga acto de presencia como una violencia que el acontecer ejerce sobre la hermosa vivencia que se nos cuenta. Ese desequilibrio que aflora en el discurso pude ser interpretado como un factor subyacente en el delirio de la entrega amorosa, un factor que viene a ser como un destino inexorable cuya presencia alimenta continuamente el miedo de todo amante, la dualidad eros/tánatos, tan citada y estudiada. Hay momentos en los que sentimos que el poema cae, no mantiene la esbeltez y riqueza de otros de sus pasajes, como si hubiese faltado la mano depuradora de la expresión que habría dejado impoluto el poderoso testimonio lírico que tenemos delante, pero el impacto está ahí definitivo.

 

En mi criterio alcanza Carilda su mayor riqueza en las páginas en las que evoca a sus muertos amados, como su padre y su madre, a quienes dedica magníficos ejemplos de buen gusto y creatividad, a la altura de los mejores momentos de la mejor poesía elegíaca hispanoamericana. Leamos estos fragmentos de “Madre mía que estás en una carta”:

 

I

Madre mía que estás en una carta

y en un regaño antiguo que no encuentro,

quédate para siempre aquí en el centro

de la rosa total que no se aparta.

 

 

Madre mía que estás tan lejos, harta

de la nieve y la bruma, espera, que entro

a ponerte a vivir con el sol dentro,

madre mía que estás en una carta.

 

Puedes darle al misterio tu infinita

amistad con las sombras hechiceras:

puedes ser una piedra que se quita

 

o borrarme ahora mismo las ojeras,

pero, madre, recuerda nuestra cita:

¡no te atrevas a todo, no te mueras!

 

II

[…]

Mamá,

vuelve con el terral, entre en el tiempo,

aprovecha el milagro de la tarde;

te cogerá la mano zurcidora

aquel olor a piña,

has de encontrar en tu zaguán la areca

que se secó de echarle lágrimas.

[…]

Gracias a usted por su tiempo, su memoria, sus palabras.        

Hacia una historia de la lengua española

Presentación del libro Hacia una historia de la lengua española,

de Marlen A. Domínguez Hernández

<… estudiar historia de la lengua no es una actividad de erudición,

sino de formación.>

Luis Álvarez (Prólogo).

por Margarita Vásquez Quirós,

Academia Panameña de la Lengua

Agradezco a Marlen Domínguez y a la Editorial Universitaria Félix Varela la oportunidad que me brindan para presentar el libro Hacia una historia de la lengua española. No soy más que lectora gozosa de los temas tratados en este libro, un poco temidos, en general, en estos tiempos, incluso en las universidades. Esto lo digo, y puedo dar fe de ello. Creo que hay aprensión, para no decir temor (y tengo que morderme la lengua para no llamarlo ignorancia). Nace en aquel que no las tiene todas consigo cuando se enfrenta al cambio; y, particularmente, a los cambios provocados en las lenguas por las necesidades comunicativas que atraviesan el tiempo y el uso.

Por lo mismo, tengo que imitar los versos de Andrés Laguna citados en el epígrafe del capítulo titulado <Generalidades>: pensando que sabemos mucho sobre el tema, pecamos por no querer saber más. Y porque la experiencia me dicta lo que digo y porque admiro el trabajo incansable de los maestros dedicados, quienes son los que más necesitan de este libro, aplaudo con entusiasmo la adecuación a la docencia de una refrescante bibliografía y la creación de materiales para la docencia filológica y lingüística, tarea que no es fácil y que aquí se logra con creces en quienes más lo agradecen: los estudiantes.

Confío y espero porque este libro anuncia para las universidades una dirección metodológica para la formación de personal capaz de documentar y registrar los cambios lingüísticos, la variación, la evolución del español, que, como sabemos, es la lengua oficial de veintitrés países a los que habría que sumar un grupo más de hablantes disgregados por el mundo. Este adiestramiento parte del análisis de textos o de la caracterización de las principales tendencias de transformación en nuestra lengua, con la posibilidad de compararlas con otros idiomas con los cuales convivimos en nuestra aldea global. Este libro, con su disciplinado sello magistral de la Historia, con su generosa entrega de bienes intangibles, proyecta a otros niveles de análisis los conocimientos gramaticales del español, el latín, las diferentes literaturas en lengua española (que, a su vez, arrastran consigo elementos culturales relacionados con la lingüística, la sociolingüística, la comprensión de la metodología de la investigación o la estilística y prepara para el análisis del discurso o la lexicografía). Leer más …

Convocatoria al XVII premio iberoamericano de cuento julio cortázar

El Instituto Cubano del Libro, la Casa de las Américas, y la UNEAC, con el auspicio del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina y la Fundación ALIA, convocan a la décimo séptima edición del Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, creado por la prestigiosa escritora y traductora lituana UgnéKarvelis.

Este premio, que tiene una frecuencia anual, fue concebido como un homenaje al gran escritor argentino, uno de los mayores de nuestra lengua, y tiene el objetivo de estimular a los narradores de todo el mundo que escriben en lengua castellana.

Los interesados deben presentar un cuento inédito, de tema libre, que no esté comprometido con ningún otro concurso ni se encuentre en proceso editorial. Los autores enviarán tres copias del cuento, cuya extensión máxima no debe sobrepasar las 20 cuartillas mecanografiadas a dos espacios y foliadas. Los relatos estarán firmados por sus autores, quienes incluirán sus datos de localización. Es admisible el seudónimo literario, pero en tal caso será indispensable que lo acompañe, en sobre aparte, con su identificación personal.

Las obras deberán ser enviadas, antes del 30 de julio de 2018 a:

Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, Centro Cultural Dulce María Loynaz, 19 y E, Vedado, Plaza, La Habana, Cuba.

O a:

Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, Casa de las Américas, 3ra, esquina a G, Vedado, Plaza, La Habana, Cuba.

El jurado estará integrado por destacados narradores y críticos. Se conocerá su decisión en agosto de 2018. Se otorgará un premio único e indivisible que consistirá en diploma acreditativo, mil (1 000.00) USD -o mil (1 000.00) CUC, si el autor reconocido es cubano-, la publicación del cuento premiado en la revista literaria La Letra del Escriba,  tanto en su versión impresa como electrónica, así como su publicación en forma de libro junto con los relatos que obtengan menciones, volumen que realizará la Editorial Letras Cubanas y será presentado en la Feria Internacional del Libro de La Habana de 2019.

La premiación se efectuará en La Habana el 26 de agosto de 2018, aniversario del natalicio de Julio Cortázar.

Su presidente de honor es Miguel Barnet y la coordinadora general, Basilia Papastamatíu.