Pero quizás heredar a Lezama sea, sobre todo, asumir su pasión en los dos sentidos del término: vocación indestructible, dedicación, y padecimiento, agonía. Saber que el descifrador, precisamente porque impugna y perturba el código establecido, está condenado a la indiferencia o a algo que es peor que la franca agresión y el ataque frontal: la sorna.
Severo Sarduy
Ante la resistencia de la obra de José Lezama Lima al paso del tiempo, no puede menos que recordarse cómo en muchas ocasiones ésta fue objeto de burla, de chistes maliciosos y punzantes que tendían a la ridiculización de su figura. Las denominaciones de “negrito catedrático”, “boticario de provincia” y otros motes que se le adjudicaron, como el Buda de Trocadero Leer más …