ELOGIO A MIRTA YÁÑEZ

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Advertencia: No esperen que este Elogio a Mirta Yáñez sea un largo memorial, vale advertirles que todos los elogios, alabanzas y adjetivos serán pocos para una obra sobrecogedora por su amplitud y su calidad estética. Pero trataremos de cumplir con el encargo del jurado.
Para la Doctora en Ciencias Literarias y Académica de Número de la Academia Cubana de la Lengua, Mirta Yáñez, la escritura ha sido más que una vocación, es una manera de vivir, es un elemento esencial de su humanidad. Es también la vía para sus explosiones de rebeldía y para revelar a los otros su personal y única percepción de la realidad.
Podríamos preguntarnos: ¿es solo la admiración por el arte de escribir lo que nos trae aquí hoy? ¿Acaso es el tributo a una vida para y por la literatura? ¿Quizás venimos porque distinguimos a una escritora con un amplio registro en cuanto a los géneros como la poesía, el ensayo, el testimonio, el cuento y la novela?
Sí, puede ser que eso nos convoque, y también para reconocer que desde su temprano cuaderno de poesía Las visitas de 1971, aparece una voz distinta, con el giro brillante que sorprende y conmueve, poesía que madura con los años sin abandonar los signos iniciales de su poética.
Los años de desempeño en la docencia, las investigaciones y estudios literarios desembocan en una brillante ensayística, baste mencionar el ensayo publicado por Casa de las Américas y Premio de la Crítica: La narrativa del romanticismo en Latinoamérica. Agreguemos su recopilación de ensayos en: Cubanas a capítulo y El Matadero: un modelo para desarmar. Pero si revisamos los prólogos de Mirta, nos damos cuenta que son verdaderos ensayos de alto valor y constituyen un excelente material más que atendible para su compilación y publicación.
La poesía es para Mirta Yáñez, según sus propias palabras “una necesidad de expresar algo”, pero el cuento, ha advertido, fue asimismo la necesidad de hacer sus propias historias para llenar un vacío, para hacer lo que no habían hecho otros, y así estamos ante una magnífica posición creadora: la escritora propone algo nuevo, sin descuidar el lenguaje, sin atender a modas, con una voz narrativa particular. Dos de sus libros de cuentos obtuvieron el Premio de la Crítica: El diablo son las cosas en 1988, y Falsos documentos en 2005. He dejado para último su novela Sangra por la herida, Premio de la Crítica en 2010; además, por ofrecer dicha novela el testimonio de toda una generación en diálogo con la ciudad y con su época de formación, al tiempo que en ella puede apreciarse el magistral dominio de diversos estratos lingüísticos, obtuvo el Premio de la Academia Cubana de la Lengua en el 2012.
Para completar los cinco premios de la Crítica Literaria en distintos géneros, falta mencionar el obtenido en el 2014 por Damas de social, en colaboración con Nancy Alonso.
No podemos quedarnos en los premios, títulos y reconocimientos, o porque su cuentística sea objeto de estudio en universidades extranjeras, sobre todo norteamericanas. Es que la obra de Mirta Yáñez tiene una trascendencia alcanzada por su profunda cubanidad que hallamos en el manejo del lenguaje, en el humor fino y cáustico, en el diseño y conflictos de sus personajes, en la intensidad con que expone la realidad, donde la crítica está implícita. Recuerdo que dijiste algo así: “en la literatura nada puede presentarse de manera obvia.” No podría yo expresarlo mejor que Sara Cooper, quien te entrevistó, y cito: “Los temas de clase, raza, género y sexualidad están entretejidos artísticamente en lo humorístico y en narrativas conmovedoras que hacen al lector detenerse para reconsiderar sus puntos de vista o razonamientos acerca de Cuba y de la vida.”
La huella trascendente de Mirta la encontramos en la Literatura para niños y jóvenes, pues con su narrativa propone un punto de giro que dará paso a una novedosa visión y manera de hacer, para colocar a esta serie literaria en el lugar que le corresponde en las letras de la Isla.
Su escritura y su accionar le otorgó visibilidad al discurso literario femenino, en nuestro país. La antología de cuentistas cubanas Estatuas de sal preparada por Mirta y Marilyn Bobes, constituye un lugar obligatorio de referencia para quienes emprenden los estudios de literatura escrita por mujeres.
Y quiero terminar con una cita de Mirta donde expone su compromiso con la literatura. Cito: “la literatura es la literatura y no se puede vender por unas monedas y creo que el acto de escribir va como un cuadro, como pintar un cuadro con flores lindas […]. Y tú tienes que pintar lo que tengas dentro. Si tienes dentro algún monstruo espantoso píntalo, o escríbelo. O si tienes una flor, aquí hay que decirlo al revés, si tienes una flor escríbela, aunque estén de moda los monstruos.”
Mirta, estamos contigo.
Muchas gracias.